Milagros Pérez
Economía Empresarial
 

El pasado sábado 28 de septiembre se publicó en el BOE la esperada “Ley de Emprendedores”, concebida para dinamizar la actividad empresarial en el marco de crisis que atraviesa desde hace un lustro nuestra economía. Se trata de una ley transversal que aborda distintos aspectos de la vida empresarial, cuyos apartados más importantes se resumen a continuación:

1. Se procura limitar la responsabilidad patrimonial que se le ha exigido a las personas físicas que desarrollan cualquier actividad económica, en una fórmula similar a la que existe para las sociedades de capital, de tal forma que la casa del titular quedaría protegida hasta el límite de 300.000,00 €

2. Se instaura un modelo al uso de lo que es habitual en algunos países centroeuropeos con restricciones en las retribuciones de los socios y en el reparto de beneficios. A cambio las condiciones de constituir la sociedad son menos exigentes que las actuales.

3. Se proponen cambios en el estatuto del Trabajador Autónomo, ampliándose el plazo a dos años para asumir deudas ante la amenaza de un embargo. Ello en palabras del comisario de Industria y Emprendimiento de la UE, Antonio Trajani, garantiza que “el fracaso de un emprendedor no debe ser una condena de por vida”.

4. Los menores de 30 años que causen alta inicial en el régimen especial de trabajadores autónomos, verán reducida a 50,00 euros, la cuota mensual de cotización a dicho régimen de la Seguridad Social.

5. Nuevas deducciones fiscales para pequeños inversores que se comprometan con proyectos de emprendimiento, además de los aplicables a la parte de los beneficios que sean objeto de reinversión.

6. Se flexibiliza la concesión de permiso de residencia para aquellos extranjeros que inicien actividad económica en España, o para aquellos trabajadores extranjeros que deseen trabajar en determinadas empresas españolas.

7. El emprendimiento formará parte del acervo cultural que propugna el sistema de enseñanza: se procurará estimular el espíritu emprendedor en la educación.

Es de esperar que la nueva ley de frutos y junto a una rebaja en las trabas burocráticas y administrativas que se exigen para ejercer cualquier actividad, el desarrollo de nuevas empresas contribuya a mejorar la situación económica.

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